17 febrero 2006

Una banda superior

Hablar del vigésimo cuarto disco original de los Rolling resulta un poco apabullante. ¿Qué más se puede decir de ellos?¿Qué más pueden ellos contar? En cuanto a lo que yo pueda decir de ellos, no es en realidad relevante. Pero en cuanto a ellos…todavía hay palabras en el diccionario que no han utilizado, todavía existen acordes que no han combinado para crear canciones, aunque hayan recorrido el clavijero de arriba abajo, de izquierda a derecha. Y entonces uno se plantea: ¿qué infausto destino le espera a la música moderna cuando estos tipos se retiren? (de pura vejez, quién lo iba a decir hace unos 30 años…)

Después de unos cuantos discos menores, - Voodoo Lounge, Bridges to Babylon…- parece que dan de nuevo en el clavo. Llevan muchos, muchísimos años, evolucionando, reorientando su sonido, y cuando parecía que su hegemonía terminaba, atinan en plena diana. A Bigger Band me parece un disco realmente bueno, digno de los mejores Rolling Stones, con su imperecedero espíritu Rock'n Roll y esa impagable ironía que los ha hecho los más grandes. No se trata de buscar un single con tirón y poco más, como por ejemplo en el anterior Bridges to Babylon. Es un disco largo, con canciones de todo tipo, y la mayoría con calidad. En él se puede disfrutar del más puro sonido Rolling, en Rough Justice, She Saw Me Coming, Look What the Cat Dragged In, Dangerous Beauty y en la genial Oh No, Not You Again. Estos son los mejores momentos del disco, a mi parecer. Pero también puedes volver al siglo XXI con Biggest Mistake, con la deliciosamente triste Streets of Love y la melancólica y oscura Laugh, I nearly Died, con una batería que me recuerda a algunos grupos de electrónica, o ¿quizás es al revés?. Puedes escuchar cantar de nuevo a Keith Richards, (si es que lo deseabas…), en This Place is Empty e Infamy , e incluso recordar esos temas más Country de los sensacionales Exile on Main St. y Beggars Banquet con la nueva Back of My Hand, aunque, eso sí, en este caso con mucha menos calidad. Y por supuesto, la crítica política y algo más que ironía al estilo Sympathy for the Devil de Sweet Neo Con, con un estilo más moderno.

Como todo maestro de cualquier gremio, los años les han dotado de una gran profesionalidad en lo que hacen. Así es como suena el disco: profesional, muy profesional. Y además es estupendo.

No hay comentarios: