31 julio 2006

FIB. Capítulo IV: Violines, coronas, tristeza, y adiós...

¡El día grande! La condición física es verdaderamente preocupante (sin noticias de la almohada todavía), pero, ya no nos queda más que un día. Empezamos fuerte, y pronto: el gran Yann Tiersen, a las 20:00 h, y en el escenario Fiberfib (el segundo mayor) No es el entorno ideal para su música, y él lo sabe. Por ello, recurre mucho a las guitarras – de hecho, 5 diferentes, el técnico de sonido va como loco – en detrimento del resto de sus instrumentos para tratar de solventarlo. Aunque, desde luego, escuchar Monochrome en clave de guitarra no la desmerece en absoluto. Rodeado de muy buenos músicos, su originalidad no parece tener límites (¿es posible sacar música de un taladro?) Cuando empuña el violín, la carpa se tambalea, tocando con una pasión tremenda, el arco de crines se deshilacha por momentos, aplausos hasta desgastarnos las manos… También se emplea de maravilla con el xilófono, pero desgraciadamente no aparece ni el piano ni el acordeón, algo que lamento profundamente. Un gran concierto, pero aún mejorable si el marco hubiera sido otro. A pesar de todo, se lleva una ovación tremenda.

Tras engullir un Cous Cous vegetariano que me sabe a gloria junto con un litro cervecil, me dirijo yo solito a ver a Madness, que hace un concierto virtuoso y divertido (no entiendo cómo no les dio un golpe de calor ahí mismo, con traje y corbata), pero sin exageraciones. Eso sí, genial We are the Madness. Vuelve Guille, y nos planteamos como objetivo acercarnos lo más posible al escenario, ya repleto media hora antes, para disfrutar de… ¡Depeche Mode!

Y como dice Guille, Depeche Mode no hacen un concierto de festival; les importa poco el marco en que se encuentran, que Placebo vengan después…montan un show a su manera, de hora y tres cuartos, el más largo del festival. Y qué concierto: mezclando los temas de Playing the angel con maravillas como Walking on my shoes, Stripped, Personal Jesus (menuda actuación), World in my eyes, Enjoy the silence…el festival se rinde a sus pies, a todos se nos contagia la energía de Dave Gaham, que nos hace vibrar sin parar, ¡incluso le cantamos el Cumpleaños Feliz a Martin Gore!... Otro conciertazo para el recuerdo.

Pero es que ¡aún queda Placebo! Conseguimos acercarnos más, y con con 25 minutos de retraso, Brian Molko y compañía comienzan con Because I want you…creo. Otro concierto impresionante. Basado en la primera parte en Meds, su nuevo trabajo, uno de los discos del año, la ejecución ralla la perfección, a pesar de la escasa interacción con el público. Se me eriza la piel con Follow the cops back home y Song to say goodbye, el grupo me traspasa su infinita y emotiva tristeza, a mí a y a la mitad de la audiencia. Sin ser brillante, el concierto ha sido tremendamente profesional, explotando al máximo la calidad de su último trabajo y entremezclando clásicos como Special K y Every You Every Me, dándonos la puntilla con Blind. Nunca fueron santo de mi devoción, pero tras este fantástico Meds y su tremenda profesionalidad en directo, me descubro ante ellos.

Es entonces, a las 2:30, con Jennifer Cardini de fondo, cuando me doy cuenta de que llevo más de 6 horas deambulando por el recinto, sin descanso, sin sentarme siquiera, escuchando una música absolutamente sobresaliente. El cansancio ha pasado a formar parte de los mismos huesos, pero la sensación es tremendamente agradable. Físicamente arruinados, nos dirigimos como zombis hacia la tienda, y allí nos dejamos caer totalmente hipnotizados por los dos últimos días maravillosos que hemos vivido.

Pero me resisto a que esto termine, y tras una pausa de avituallamiento, saco fuerzas para acercarme, otra vez solo (aunque luego me enteré de que Guille también estuvo allí), para envolverme una última vez del maravilloso ambiente del festival, y para escuchar a unos infumables The Rakes, que trato de sacar rápidamente de mi cabeza para no arruinar el agradable embrujo musical que me rodea y me envuelve.

La degeneración física es total, vuelvo a la tienda sobre las 6 de la mañana. Estoy acabado, pero tremendamente orgulloso de haber asistido a uno de los espectáculos más importantes e irrepetibles de la música moderna en nuestro país.

Por favor, que nadie me despierte.

28 julio 2006

FIB. Capítulo III: Franz'n Roll!

Seguimos acumulando falta de sueño; a las 9, el Sol nos saca a patadas del invernadero en que se ha convertido nuestra tienda. Volvemos a recurrir a la sal y la arena, con poco éxito. Hoy se trata del supuesto día flojo del festival. Y ya que el cansancio comienza a hacer estragos, ninguno de los primeros artistas despierta mi interés.

Pero viene Morrisey a las 21:00. Con su peculiar estilo, su pop imprime un aura tremendamente melancólica y sentida al anochecer. Cada canción desprende un sabor agridulce, pero encantador. Se nota la voz y el lápiz de un gran músico de los de antes, de eso no hay duda. “We will sing you one more song and then we will leave you in the darkness”, se despide. Y menuda despedida, 10 minutos de canción, en donde los instrumentos se retiran uno por uno hasta quedar un desnudo piano que cierra un concierto tremendamente emotivo…tras semejante descarga sentimental, no queda sino echar un buen trago para recuperarse. Por el camino se ha quedado Jay Jay Johanson: típico ejemplo de daño colateral.

El casi infinito cansancio nos hace perdernos, desgraciadamente, The Kooks. Pero no se nos pueden escapar Franz Ferdinand, sintiéndolo verdaderamente en el alma por Nada Surf (¿qué mente perversa ha decidido los horarios de hoy?).

Y lo de Franz Ferdinad es de otra dimensión: desde el primer segundo hasta el último el concierto es un espectáculo insuperable, el público totalmente entregado (¿30000 personas?) a un rock ‘n roll superior, demoledor, fiestero, ¿hemos vuelto a los setenta? Retumba el escenario con The Fallen, seis baquetas golpean a la vez la batería, This Boy nos deja a todos roncos, las guitarras suenan imposibles, ¡si hasta nos ponemos tiernos con Matinee!… Se le podrán encontrar peros a sus discos de estudio, pero durante el concierto tenía la agradable sensación de asistir a los primeros pasos de un supergrupo con mayúsculas, con el mejor directo del momento sin ninguna duda. Take me Out y Do you want to, absolutamente indescriptibles, revientan el festival, uno de los mejores conciertos a los que nunca he asistido. Me dejan con la boca abierta durante horas…

Y tras este monumento rockero, volvemos al mundo sintetizado. Todavía alucinado, entro en la carpa electrónica para escuchar a 2manyDj’s; esto es un no parar: menudo show que tenían montado estos dos. El gozo no tiene fin esta noche, las remezclas de Daft Punk y The Prodigy, el sudor, la sonrisa colectiva,… aunque parezca otra cosa se trata de música en estado puro. Alex Smoke mantiene el momento, hasta cierto punto. Mi mente quiere escuchar a Hell, pero el cuerpo ya ha tomado una decisión irrefenable…a la “cama”.

Un día memorable. Y tiene que ser hoy el día en que se me olvida la cámara…

25 julio 2006

FIB. Capítulo II: Viernes Electrofever

Esta vez el lleno es total. Exageradamente lleno. Demasiado lleno. Casi sin dormir por el calor, recuperamos fuerzas en la playita (media hora caminando) y comienza de nuevo nuestro festival con The Walkmen. Un grupo que no está mal, le echa pasión…pero no me convencen. El “rock adulto” siempre me ha resultado un poco aburrido, la verdad. Cambiamos al escenario verde y nos encontramos con The Futureheads. Nueva sorpresa agradable. Una auténtica descarga de adrenalina, un sonido más punkarra de lo esperado, sin mucha calidad pero con mucha energía y buen rollo con el público, algo que se echa en falta a menudo.

Es la hora de cenar… ¡y vamos a llegar tarde a los Pixies! Muchas prisas, muchísima gente, mucho calor, mucho agobio… tras 3 canciones, el concierto se detiene. Problemas en las primeras filas, una avalancha. Tras media hora de parón, el concierto sigue, sin ganas, sin chicha, con los grandes temas metidos con calzador. Me decepcionan notablemente. Eso sí, el gustito de escuchar seguidas Where is my mind, Here comes your man y Debaser no me lo quita nadie.

Empiezan Echo & The Bunnymen, sin interés para nosotros, por lo que procedemos a una parada etílica. Llegamos para el plato fuerte… ¡The Strokes! Un concierto genial, con mucha habilidad, pero muy breve, no más de 50 minutos. Grandes momentos con Is this It y Last Nite. Quizás nos faltó verlo más de cerca, vivirlo un poco más, es posible, pero la sensación, aun siendo muy buena, me deja un poco frío…

Nos vamos un ratito a la carpa Vodaphone, a escuchar un poquito de música enlatada, pero muy bien elegida. Volvemos para ver terminar a Manta Ray.

Y ahora, empieza la noche electrónica, con Ellen Alien & Apparat. Los alemanes emocionan con la sesión, con un techno potente pero también melodioso, y la diversión es total, disfruto como un enano. Después viene EL PERSONAJE de la jornada: Namosh, un tipo con sombrero mafioso y en calzoncillos “marianos” pegando botes por el escenario mientras Le Hammond Inferno, también alemanes, pinchan un electro bastante curioso… Las horas caen una tras otra sin darme cuenta, y tras un buen rato contemplando el espectáculo, nos dirigimos al escenario electrónico para ver a Green Velvet. “Mezcla de funky con techno”, dice el programa del festival… ¿Dónde coño está el funky? Es una tralla bestial, para dejarte exhausto, pero tiene su puntito divertido… Aguantamos hasta el final, y empieza Michael Mayer, y en la otra carpa Nathan Fake, pero yo ya estoy finiquitado… me retiro pasadas las seis y media, y caigo en la tienda como un saco de patatas.

24 julio 2006

FIB. Capítulo I: Jueves de tijeras

Aquí comienza mi visión apasionada, resacosa y totalmente parcial de mis vivencias musicales, junto con Guillermo, el maño, en el festival de Benicassim del 2006. Los cuatro capítulos se escribieron en su mayoría en momentos de descanso posteriores a cada uno de los días, y con un déficit de sueño preocupante, por lo que he tenido que hacer algún que otro retoque para que no se parezcan demasiado a los balbuceos y desvaríos de un loco legañoso, pues eso es en realidad lo que son. Lo intentaré suministrar a pequeñas dosis, para que sea más llevadero. Y es que cuando alguien tiene experiencias de este tipo, lo que más le apetece es contarlas.
Espero que os gusten.

CAPÍTULO I

Tras una mañanita playera de ansiosa espera, el FIB arranca. El primer día, de calentamiento, sin grupos estrella, tiene una ventaja: no hay coincidencias de cartel, no hay decisiones dolorosas que hacer.
Y por fin comienza, y comienza mal, con un absolutamente intrascendente Aldo Linares. Eso sí, nos sirve para comprobar la impresionante acústica del recinto, de sobresaliente alto. Tras Linares llega la primera sorpresa agradable, Sr. Mostaza, unos poperos completamente desconocidos para mí con un sonido simpático, fresco, y en ocasiones rockero. Luego aparece Teitur, un cantautor finlandés con aires de Beck… aburridísimo. La excusa ideal para irse a cenar; con la calma nos perdemos a Tom Verlaine, ex de Televisión.
Volvemos a tiempo para ver a The Sunday Drivers, grupo español de rock alternativo bastante chulo, pero el uso del inglés patatero los lastra irremediablemente. Más adelante, los primeros sonidos de Howe Gelb nos hacen huir despavoridos, casi sin darle oportunidad, a por un buen trago.

Y por fin, The Scissor Sisters. Gracias a un gran concierto hace dos años aquí en el FIB, vuelven como cabeza de cartel. ¿Cumplen las expectativas? Ya lo creo: un concierto absolutamente genial, eléctrico, rebosante de energía, calidad, sensualidad, simpatía… el primer gran éxtasis musical del festival. Con una estética glam y un sonido que en ocasiones recuerda a Jamiroquai, The Velvet Underground, y punk setentero, Scissor Sisters conquistan el escenario llevándose para casa una tremenda y merecidísima ovación. Superan con creces lo esperado. Se han ganado un nuevo fan. Un conciertazo que puede resultar irrepetible en todo el festival. A pocos minutos del orgasmo, entra como una ametralladora Erol Alkan, con un techno realmente pegadizo, con pinceladas de house. Sirve para alargar un poquito más el gran momento, y para disfrutar de 20000 personas bailando y disfrutando de la música sin parar... Cuando el amigo Erol se pone machacón machacón, es el momento de retirarse.


18 julio 2006

La marcha del gaitero a las puertas del amanecer


The black and green scarecrow as everyone knows
Stood with a bird on his hat and straw everywhere.
He didn't care.
He stood in a field where barley grows.

His head did no thinking
His arms didn't move except when the wind cut up
Rough and mice ran around on the ground
He stood in a field where barley grows.

The black and green scarecrow is sadder than me
But now he's resigned to his fate
cause life's not unkind - he doesn't mind.
He stood in a field where barley grows.
The Scarecrow. Syd Barret & Pink Floyd
"Tras pelear durante años con las secuelas de las drogas y con la diabetes, Syd Barret murió pacíficamente el 7 de Julio de 2006, a la edad de 60 años"

Hasta siempre.