26 abril 2006

Contando las horas...

El 9 de Mayo ya está más cerca… Para los impacientes, aquí está Dani California, el primer single de Stadium Arcadium, el nuevo disco de los Red Hot Chili Peppers. Con un video tronchante, parodian a Elvis, The Misfits, Prince, The Sex Pistols, Europe, The Beatles, Nirvana, David Bowie, Marc Boland, Bootsy Collins

El vínculo está aquí

25 abril 2006

Bohemios en bikini

Con el retraso habitual en todo concierto que se precie, el divertido riff de Bohème empezó a retumbar en la Bikini de Barcelona, marcando el inicio del espectáculo andrógino-glamouroso propuesto por Sidonie en la noche del 21 de Abril, muy bien acompañados por Baldo, teclista de Love of Lesbian, y por el percusionista Dídac.

No se puede negar que montaron un numerito divertido y bastante profesional, destacando a un entonadísimo Axel Pi en la batería y en sus convulsos bailes, y exceptuando el colocón del que en ocasiones hacía gala el bajista Jesús Senra y que, sin embargo, no le impidió tocar con muy buena habilidad durante la mayor parte del concierto.

No hubo excesivas sorpresas en las canciones que interpretaron, de forma bastante fiel y con pasión algunas de ellas. Los grandes momentos se alcanzaron por supuesto con sus canciones más conocidas, como Joe, Bla bla bla, On the sofa y Tienes gracia. Los momentos más flojitos del concierto, en mi opinión, fueron la versión acústica de Jardín polar, en la que pareció que Marc Ros tocaba con bastante desgana una balada que por otro lado a mí me parece muy muy flojita, y Fascinado, que me pareció de todo menos fascinante, a pesar de ser una de mis canciones preferidas.

Eso sí, yo me quedaría sin dudarlo con el fabuloso “solo” de percusión y teclados, con esas atronadoras baquetas golpeando los desnudos ladrillos de la sala, y el divertidísimo espectáculo carnavalesco, con Marc como maestro de ceremonias, reina de la fiesta, o como se quiera llamarlo… también momentos destacables fueron el mini concierto acústico de Marc y Jesús sentados en el mismo suelo de la sala y, como no, el entrañable sitar de Senra, además del personal homenaje a Syd Barret en La gente de Barret. En resumen, un concierto bastante entretenido y recomendable.

Hace 5 o 6 años, con un solo disco en el mercado, Dragonfly, tuve la suerte de verlos en un concierto en Zaragoza, en la Lata de bombillas, mucho más personal (no éramos ni 50 personas), y del que eché de menos el viernes la genial versión de Get it on de T - Rex y ese gran tomate gigante moviéndose por el "escenario"...


Gracias Javi por la fotos...

19 abril 2006

Despegando, Vol. 2

Lanzamientos (posiblemente) interesantes de las últimas, o próximas, semanas. Este volumen viene cargadito:

- Aphex Twin: The Chosen Lords. Segundo disco en 10 años de uno de los mejores artistas de la música electrónica. Una escucha como mínimo a todo lo que hace este genio es obligada.

- The Fiery Furnaces: Bitter Tea. Cuarto disco de los clónicos de The White Stripes. Si te gustan unos, probablemente te gustarán los otros.

- In Flames: Come Clarity. Los países nórdicos, en este caso Suecia, siguen dando de lo mejorcito en cuanto a Heavy. En este caso, retorno (por lo visto triunfal) de unos grandes del Metal progresivo y melódico. Estuvieron en Madrid la semana pasada, para regocijo de algunos colegas que por allí estuvieron…

- Mogwai: Mr. Beast. Quinto disco de los escoceses que probablemente fueron la inspiración de Franz Ferdinand.

- NOFX: Wolves in Wolves’ Clothes y Never Trust a Hippie y Sick of it All: Death to Tyrants. Esta sugerencia es a modo de anécdota: todavía existen grupos que insisten con el punk de mentirijilla que causó sensación en los 90…

- Pink: I’m not Dead. Su cuarto disco. Probablemente la única que se salve de la oleada plasti – pop que nos asola desde hace varios años…

- Placebo: Meds. Nuevo disco del andrógino Brian Molko y compañía, muy bien considerados, aunque a mí personalmente no me parecen más que unos buenos imitadores de Suede y Pulp. Acaban de confirmar su asistencia al FIB (por si aún te faltaban motivos para ir)

- Stereophonics: Live from Dakota. Disco en directo del grupo de Gales de rock alternativo, (una opción diferente frente al brit – pop dentro de las islas) que siempre me han gustado, y que nunca han llegado a ser reconocidos en España.

- Joe Satriani: Super Colossal. Nuevo disco original, con un nombre algo presuntuoso, para variar, del sensacional guitarrista neoyorkino.

- The Vines: Vision Valley. Tercer largo de los australianos, intentando recobrar de nuevo la senda de su mejor versión, la que dio lugar al Highly Evolved.

04 abril 2006

...de las cenizas...

La mayoría de conjuntos creados a partir de vestigios de supergrupos, parecen condenados a lanzar un solo disco y desaparecer. A veces tenemos gratas excepciones.

Cuando Zack de la Rocha rompió relaciones con Tom Morello, Rage Against The Machine se tambaleó hasta caer, herido de muerte, justo cuando terminaba el segundo milenio. La relevancia de este grupo en el panorama musical está fuera de toda duda. El nuevo Metal norteamericano no podría ser entendido sin la influencia de estos 4 personajes, que revolucionaron el rock duro con su homónimo primer trabajo de 1992, uno de los discos más explosivos y espectaculares de los últimos 20 años, a mi parecer, con un nivel que nunca volvieron a alcanzar en el resto de su discografía.

Por otro lado, el desgaste de Soundgarden tras más de 10 años en la brecha era evidente. Chris Cornell –un músico con una enorme experiencia musical a sus espaldas– y compañía tomaron la sabia decisión de separarse, algo de lo cual deberían tomar nota muchos grandes grupos, dejando tras de sí un legado bastante memorable, y abandonando a la deriva a Pearl Jam, que seguía resistiéndose, y todavía lo hace, al fin de la era de Seattle y el Grunge, cuyo ocaso había presagiado el fallecimiento de Cobain.

Morello, Wilk y Timmy Commerford no se resignaron a desaparecer, demostrando el espíritu guerrero y rebelde del que tanto se vanagloriaban en sus composiciones. No tardaron en buscar con ahínco nuevo cantante, dejando atrás las composiciones en clave de rap de De la Rocha y arriesgándose con un cambio de estilo radical. Y tampoco tardó Cornell en interesarse por el proyecto, atraído por la propuesta valiente de los tres de Rage. Antes del año de la marcha de De la Rocha, Cornell entraba en el estudio de grabación y se entusiasmaba con el proyecto, allá por Mayo del 2001.

Acertadamente, el grupo dejó también atrás su antiguo nombre, reemplazándolo primero por Civilian, y poco después por Audioslave. Tras más de año y medio de trabajo de estudio, lo que demuestra la profesionalidad que había adquirido el experimento, y de superar una pequeña crisis de identidad de Cornell con su nueva banda, apareció en Noviembre de 2002 el primer disco de Audioslave, de nuevo homónimo.

Este trabajo, a pesar de no decepcionar por su gran calidad técnica, parecía un trabajo menor y algo desganado de Rage Against the Machine. Sin embargo, el exotismo que le concedía la voz de Cornell lo hacían especial, diferente. En cualquier caso, la influencia del cantante de Seattle quedaba reducida a, aparte de su voz, que cambiaba por completo el registro, convirtiendo a Audioslave en un grupo de rock, a reblandecer la genial furia característica del sonido Rage.

Aunque intentaban dejar claro desde un principio que continuaban en la senda de la rebeldía, pues su primer single llevaba el nombre del último gran jefe indio que murió libre e invicto, Cochise, con un contenido tan reivindicativo como siempre, el resto de temas se diluían a medio camino entre Soundgarden y RATM, sin llegar a nada concreto. Tómense por ejemplo I am the Highway o Getaway Car, canciones bastante vacías, que no emocionan en absoluto, y dan la sensación de ni siquiera intentarlo.

Sin embargo, a pesar de no ser lo esperado, el disco no desmerecía a sus creadores. Además del estupendo primer single, Cochise, el álbum nos brindaba la oportunidad de escuchar en ciertos momentos a una de las mejores voces del Rock ‘n Roll moderno completamente desatada, por ejemplo en Set it Off, de escuchar la guitarra de Morello relajada y sin distorsión en la mayor parte de la sorprendente balada Shadow on the Sun, y de escuchar una fusión más que aceptable de los dos estilos de origen del grupo en What You Are y Gasoline.

En Mayo de 2005, dos años y medio después, volvía el conjunto con Out of Exile, demostrando que habían aprendido de sus errores y que experimentaban una evolución que todos los seguidores de Soundgarden y RATM, entre los cuales me incluyo, esperaban. El disco buscaba dejar atrás precisamente esos dos nombres, y lo conseguía. Ya se podía nombrar sin rubor al grupo como Audioslave, sin recurrir a los orígenes de sus miembros. Si se pudiera recuperar la magia del sonido (que no las letras) de Led Zeppelin, Deep Purple o Bad Company y adaptarla a un sonido bastante más moderno, da la sensación de que sería parecido a esto. El grupo suena con estilo, rockero, contundente, pero también personal, profundo en ocasiones. Morello intenta complicarse la vida con rapidísimos y complicados solos de guitarra, de los que consigue salir airoso. Wilk no pierde el tipo en la batería y Commerford da la sensación de haber contribuido de manera muy significativa al sonido de estudio. Y por supuesto, todos ellos se guían con la luz del faro que supone la arrolladora presencia de Cornell, que se convierte en líder (casi) indiscutible, con unas letras bastante más meritorias que tres años atrás, dejando atrás gran parte del estilo reivindicativo de RATM, y con una de las mejores actuaciones de su carrera, que ya es decir.

De nuevo, posiblemente la canción más potente y virtuosa del disco es la que lo abre, Your Time Has Come, con un sonido Rock ‘n Roll realmente gratificante y añorado en el anterior disco. Pero es que después viene Out of Exile, con un estupendo alarde en el registro vocal de Cornell y una batería muy lograda. Y todavía hay más: su primer single, Be Yourself, supera con creces a cualquiera de las baladas que intentaron en su anterior trabajo, bastante fallidas por otro lado, y muestra a Morello cómodamente enmarañado en su composición. Tras la simpática Doesn’t Remind Me (esta sí que es genuina Led Zeppelin), llega una furiosa Drown Me Slowly, que estalla como una bomba tras su engañoso comienzo, y en donde el virtuosismo se comparte entre Morello y Commerford, completando el quinteto inicial del disco, que suena simplemente magistral.

El resto del album todavía tiene algunas joyas como The Worm, Man or Animal, y, sobre todo, Dandelion. Su gran virtud es mantener un sonido muy propio e inconfundible, que a mi parecer es lo que convierte a un grupo en fuera de serie. En resumen, un gran disco que cumple y en ocasiones supera las expectativas, pero que, y esto me parece lo mejor de todo, me deja con la deliciosa sensación de que todavía no ha agotado la originalidad de Audioslave, de que en el próximo disco podemos todavía esperar algo aún mejor.

Se rumorea que ese momento está realmente cercano, cuestión de no más de 3 meses… esperaremos ansiosos.