Hablar del vigésimo cuarto disco original de los Rolling resulta un poco apabullante. ¿Qué más se puede decir de ellos?¿Qué más pueden ellos contar? En cuanto a lo que yo pueda decir de ellos, no es en realidad relevante. Pero en cuanto a ellos…todavía hay palabras en el diccionario que no han utilizado, todavía existen acordes que no han combinado para crear canciones, aunque hayan recorrido el clavijero de arriba abajo, de izquierda a derecha. Y entonces uno se plantea: ¿qué infausto destino le espera a la música moderna cuando estos tipos se retiren? (de pura vejez, quién lo iba a decir hace unos 30 años…)
con la deliciosamente triste Streets of Love y la melancólica y oscura Laugh, I nearly Died, con una batería que me recuerda a algunos grupos de electrónica, o ¿quizás es al revés?. Puedes escuchar cantar de nuevo a Keith Richards, (si es que lo deseabas…), en This Place is Empty e Infamy , e incluso recordar esos temas más Country de los sensacionales Exile on Main St. y Beggars Banquet con la nueva Back of My Hand, aunque, eso sí, en este caso con mucha menos calidad. Y por supuesto, la crítica política y algo más que ironía al estilo Sympathy for the Devil de Sweet Neo Con, con un estilo más moderno.Como todo maestro de cualquier gremio, los años les han dotado de una gran profesionalidad en lo que hacen. Así es como suena el disco: profesional, muy profesional. Y además es estupendo.
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