06 febrero 2007

Tres estados: (III) Ocaso

Tras tres años de gira con innumerables conciertos, uno de ellos de los que no se olvidan en el festival de Woodstock 94,



Metallica
se mete en el estudio para publicar el disco Load en 1996. Se trataba en principio de un álbum doble, pero prefirieron seccionarlo en dos. Su sonido había seguido evolucionando, esta vez junto con su estética, todos con el pelo corto; pero es posible que la evolución los llevara demasiado lejos; pierden el brillo, no se consigue encontrar la magia que los había llevado hasta allí, la velocidad desaparece por completo; dejan de ser el gran exponente del Heavy para convertirse en un grupo más de Hard Rock. A pesar de introducir innovaciones interesantes en su técnica, como el uso de la técnica Slide Guitar o Bottleneck Guitar (“cuello de botella” en traducción literal), y de seguir teniendo a Hammet inspirado en los solos de guitarra, el disco, aun siendo un estupendo trabajo en su estilo, sin duda, no es ni mucho menos brillante. Los mejores momentos se resumen en The Outlaw Torn, Bleeding Me, King Nothing y Thorn Within. Aparecen también algunas canciones que pretenden alcanzar al gran público, como Until it Sleeps, Mama Said y Hero of the Day (esta última bastante bochornosa), y de hecho se convierten en los sencillos del disco. Puede imaginarse que todo esto hizo tirarse de los pelos a la mayoría de los incondicionales del grupo, aunque también le proporcionó a Metallica una legión renovada de seguidores adolescentes.
Al año siguiente aparece la continuación de Load, el llamado Reload. Esto sí que son los restos del naufragio: el disco es lento, aburridísimo…de lo poco que se salva hay que destacar Fuel, una estupenda canción que lo abre y que no hace presagiar el terrible desastre que se avecina después, Unforgiven II, una buena balada pero algo facilona (para ellos, se entiende), con bastante tufillo comercial, y Low Man’s Lyric, otra elaborada balada con la inclusión de un violín. También colabora Marianne Faithful en una regular Memory Remains. El resto del disco es de muy difícil digestión y de poca calidad. El grupo comienza su caída libre.
Aparece en 1998 un segundo disco de versiones, Garage Inc., en donde se incluye el anterior Garage Days Revisited. Poca cosa se puede rascar para el público, pero ellos obtienen unos beneficios considerables. En 1999 aparece S&M, un disco recopilatorio con la Filarmónica de San Francisco que (con una nueva canción bastante aceptable llamada No Leaf Clover y otra horrible, Minus Human) que debe de ser uno de los discos de grandes éxitos con más ventas de los últimos años.
Para acabar de enterrarse a sí mismos, se meten en una imposible batalla contra Napster, uno de los primeros programas de compartición de música por internet, que consiguen finalmente neutralizar, y de paso, cabrear a los fans hasta límites insospechados y obtener unos índices de impopularidad espléndidos. Años después abandonarían las acciones legales emprendidas, comprendiendo que les habían proporcionado mucho más mal que bien.
Pero antes de ello Metallica estuvo a punto de su desintegración. El bajista Newsted, harto de la discriminación sufrida por sus composiciones y por desgaste físico, abandona el grupo en enero de 2001, y en julio de ese mismo año Hetfield tiene que ser ingresado en una clínica de desintoxicación de alcoholemia. Hammet y Ulrich consideran seriamente el fin del grupo, pero la vuelta a los pocos meses de Hetfield, aunque entre algodones, les permite continuar. La decadencia del conjunto es más que evidente en este punto. Tras un largo proceso de selección, Robert Trujillo, ex bajista de Suicidal Tendencies, entra a formar parte del grupo.
El pasado en grupos de estilo hardcore de Trujillo se nota bastante en el último disco original hasta la fecha de Metallica, St. Anger, que sale a la luz en 2003. De nuevo existe una evolución, más dirigida hacia el metal moderno americano. Con un sonido muy sucio, sin filigranas de ningún tipo, y letras extremadamente agresivas (I want my anger not to control/I want my anger to be me/ I want to set my anger free), el disco parece más bien un mecanismo de autoliberación y de desahogo ante los convulsos años acontecidos desde Reload. De calidad justita, la canción St. Anger es lo más (lo poco) destacable. El disco se complementa al año siguiente con la publicación del DVD Some Kind of Monster, en donde cada miembro del grupo, y entre ellos también encontramos a Newsted y a Dave Mustaine, miembro fundador, parece ponerse delante del espejo y sincerarse ante sí mismo y ante sus compañeros. Definitivamente, es mucho más valioso este DVD para comprender la historia del grupo que el disco anterior.


A pesar de semejante penitencia, el grupo sigue sonando indudablemente bien en directo, y es así, en directo, como presentaron en Berlín y Tokio dos nuevos temas que formarán parte del nuevo álbum que Metallica prepara para finales del 2007. Una noticia que a los grandes admiradores de uno de los grupos más importantes de la escena Heavy de los últimos 20 años, si no el que más, nos hace preguntarnos si realmente merece la pena, si hay que esperar algo bueno de un grupo que lo fue todo y que debería haberse disuelto por lo menos hace diez años.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi el load me gustó, el resto es historia, pero lo importante es el legado que nos dejan, siempre serán metallica.

un saludo

Anónimo dijo...

Desde mi punto de vista el creador del blog no es objetivo para nada,es decir el hecho de que no te guste un disco no es motivo para decir que es malo,de hecho LOAD y RELOAD fueron las últimas veces que se vió a metallica evolucionar,ya que "st anger" es una imitación de las bandas de nu´-metal y "death magnetic" es una remembranza al metal de los años 80s ...