22 enero 2010

Rock en el 2009, parte 2

Sección "Discos ricos"

Arctic Monkeys - Humbug


Esta es una de las sorpresas agradables que me he llevado este año. Un estilo mucho más maduro, un sonido particular, unos temas mucho menos "apasionados" -sinónimo de improvisados- que en los anteriores trabajos. Y a pesar de ello, suenan frescos, nada monótonos. Para mí, uno de los únicos grupos supervivientes del tsunami "indie-rock" británico que nos azota sin piedad desde hace unos cuantos años. Una buena parte del resto de conjuntos han naufragado miserablemente este año (véase la entrada anterior). Estupendas Crying lightning, My propeller y Dance Little Liar.

Eels - Hombre Lobo (12 songs of desire)


Eels (o simplemente Morgan Everett) vuelve a por otro disco notable. Su estilo inconfundible, su vida atormentada, su "pesimismo optimista". Por decirlo claro, más de lo mismo. Es una de mis debilidades, tengo que admitirlo. Así que más de lo mismo de Eels siempre es para mí una buena noticia. Fresh blood y What's a fella gotta do son los momentos más memorables.


Them Croocked Vultures - Them Croocked Vultures


El supergrupo Foo Fighters + Queens of the Stone Age + Led Zeppelin factura un disco exquisito, tal como se esperaba. Preciso, sin pretensiones, y divertido, endemoniadamente divertido. Se nota que hay una gran química en esa unión. En cuanto a influencias, está claro que Joshua Homme (QOTSA), gana por goleada; de hecho, una de las pocas pegas del disco es que suena muy Homme, cierto que hay cierto toque de rock añejo, cierto que se puede intuir algo del rock de masas de Foo Fighters, pero el sonido "Queens" se impone. Sin embargo, es cuando se rebaja el tono stoner cuando la mezcla sale ganando, como en la genial New Fang, No one loves me and neither I do o Mind eraser (no chaser). A pesar de todo, he de decir que me decepcionó ligeramente.

12 enero 2010

Rock en el 2009, parte 1

Un pequeño resumen de mis apetencias rockeras del pasado año. Empezamos por lo malo:

Sección "No llegan ni a disquetes"


Franz Ferdinand - Tonight: Franz Ferdinand


Aunque alguno se haya esforzado por enterrarlo en el olvido, este disco existe, desgraciadamente. Es tan nefasto que sepulta todo el crédito que el grupo tenía con sus anteriores discos. Ni ganas me quedan de verlos en directo.

Placebo - Battle for the Sun


A pesar de su aceptable primer single, del mismo nombre que el disco, no queda nada más que salvar aquí dentro. Ignoro si la sustitución de Steve Hewitt, batería original, ha tenido algo que ver en este despropósito.


Rammstein - Liebe ist für Alle da


Buen intento, chavalotes, pero no cuela. Intentaron volver a su sonido originario, pero Mutter, Sehnsucht y Herzeleid siguen como grandes estandartes de estos teutones burrotes; este trabajo ni se acerca a algo parecido. Tampoco es que sea tan malo, pero la decepción para mí fue solemne. Por si fuera poco, no pude verlos en directo. Aún así, todavía me queda algo de fe para con ellos.

Por desgracia, había muchos más. Para la próxima, hablaremos de material más decente.

27 noviembre 2009

Isis


La mítica sala Apolo cayó anoche bajo un delicioso embrujo: lo que salió de los instrumentos de Isis no fue música: fue pura magia.


25 noviembre 2009

Porcupine Tree: rock denso

Devotos a su estilo y a su habilidad como músicos. Sin artificios en el escenario y sin espacio para las sorpresas; incluso mostraron un cronómetro en la pantalla gigante que marcaba el tiempo de descanso.
Porcupine Tree tenían muy claro lo que querían mostrar. Y lo mostraron muy bien. Su último disco, The Incident, de principio a fin, y por orden, en la primera parte del show. Tocado de memoria, preciso, con un sonido exquisito, pero también sin mucha pasión, salvo momentos puntuales (Time flies, Circle of manias). Y tras la pausa, más energía, más emoción en el público y con el público, sonaron los viejos temas, y se notó la diferencia, no porque The Incident sea un mal disco, en absoluto, sino porque le falta algo de garra, y más en directo. Puede que no dieran un gran espectáculo, pero sí una tremenda lección de cómo hacer buen rock. Puede que les faltara algo de sangre, pero se me ocurrían muy pocos sitios mejores donde estar que allí, en esa atmósfera mística que crearon para nosotros.

04 noviembre 2009

Pero entonces... ¿Muse molan o no?

The resistance, de Muse, es, en sí mismo, un motivo convincente de por qué los grupos "maduros" deben ser dinámicos y evolucionar, aunque el experimento pueda resultar algo fallido, como es el caso. No queremos el mismo disco una y otra vez (para eso siempre tendremos a Slayer), pero ojo, tampoco queremos experimentos radiofórmula-cutresca (en esto han sentado cátedra Franz Ferdinand y The Killers últimamente). así de exigentes somos, oyes. Ser un referente es lo que tiene, no consiste en triunfar e innovar, más bien se trata de instalarse en la innovación permanente, por paradójico que resulte. Claro que, hay muchos grupos, y muy pocos referentes.


The resistance no consigue convencerme del todo. Pero lo considero un esfuerzo valioso y que merece ser reconocido. Sus buenos momentos se encuentran salpicados de grandilocuentes -y vanos- intentos de rock sinfónico (¿era realmente necesario?), de flojos "tributos" a Queen y Pink Floyd. Pero haberlos, haylos. Y son muy buenos momentos. La mayoría concentrados en los primeros cortes, lo que ayuda a que la digestión inicial del disco sea muy placentera. Y tras todo eso, la sensación de escuchar algo diferente, meritorio, la sensación de no haber perdido el tiempo.
Y, qué coño, seguro que todo el que se apunte a alguno de sus conciertos vuelve a casa contento.

05 octubre 2009

Camellos del rock

Los yonquis musicales necesitamos mercancía continuamente. Probamos casi de todo. Estos son solamente dos de los proveedores con el más variado género, todo él de calidad:

Maynard James Keenan es un personaje extraño. Pero además, es el corazón de Tool, una de las bandas más aplaudidas del metal alternativo actual: la enorme influencia en las bandas de su entorno y su legión de discretos seguidores lo atestigua. Puedes zambullirte en cualquiera de sus cuatro álbumes durante horas y horas, sin dejar de encontrar matices exquisitos e inesperados. Un grupo de culto, imprescindible, que supera cada trabajo anterior con el siguiente.

La escasa producción de Tool es debida a partes iguales a la insaciable búsqueda de la perfección del sonido de estudio, y a los contínuos “affaires” de Keenan: A perfect circle es uno de sus proyectos paralelos, en donde rebaja el sonido industrial de Tool y se rodea de colaboradores como Billie Howerdel, también procedente de Tool, Jeordie White, ex bajista de Marilyn Manson, y James Iha, ex guitarrista de Smashing Pumpkins, entre otros. Tanto Mer de Noms como Thirteenth Step aportan el estilo inconfundible de Keenan/Howerdel al rock progresivo de principios de siglo.

Pero Maynard es un culo inquieto, que no sabe cómo mantenerse sentado en su sillón del estudio. Por eso en 2007 decide lanzarse a una aventura más arriesgada: comienza por escoger un nombre horrendo para su nuevo proyecto, Puscifer, y se atreve con la electrónica industrial. V for Vagina es un disco inclasificable, oscuro, retorcido, pero hipnótico y sorprendente a la vez.

Parece que siempre es conveniente mantenerse alerta ante los movimientos de este gurú del sonido progresivo e industrial, pues siempre parece tener algo mejor guardado en los bolsillos.

Queens of the Stone Age no es un grupo tan sesudo como Tool. El bueno de Josh Homme no tiene muchas pretensiones intelectuales, al menos no tantas como Keenan. Al fin y al cabo, debe pensar, esto no es más que rock and roll. Macarras, borrachos, irreverentes, el stoner rock sería insoportable sin ellos, seamos sinceros. Pero no hay que equivocarse, su desparpajo y cachondeo no les impide mostrar unas dotes soberbias para la composición musical, que muestran con orgullo en sus álbumes y actuaciones.



Pero el grandullón de Josh es en realidad bastante vago, y aunque le encanta pavonearse en el escenario, prefiere que algún otro le dicte las notas que debe tocar. Por eso de vez en cuando se divierte tocando ¡la batería! con Eagles of Death Metal, que, por supuesto, no tienen nada de death, ni de metal. Al más puro estilo ZZTop con sonidos garage, baila al son de su bigotudo amigo Jesse “the Devil” Hughes, al que indudablemente le hubiera encantado nacer 25 años antes, a pesar de que ya ahora parece viejo (será la mala vida). Diversión a raudales, por supuesto.

Pero ojo, Josh sigue enamorado del escenario, así que ha decidido montarse otro tinglado junto a Dave Grohl (ex Nirvana y líder de Foo Fighters, otro buen proveedor, aunque demasiado orientado al “mainstream” para mi gusto) y - atención - el eterno John Paul Jones, ex bajista de los insignes Led Zeppelin. Ahí es nada. Them Croocked Vultures se llamará el sarao y es, por supuesto, uno de los lanzamientos más esperados de 2010 finales de 2009.

Pero a veces también hay que ponerse serios, ¿verdad Josh?, sobre todo cuando trabajas para otros. Y aquí aparece su labor como productor. Su mano intangible se nota de manera inconfundible en lo nuevo de Arctic Monkeys, Humbug, un trabajo mucho más maduro, oscuro, y completo - e interesante, a mi parecer - que los predecesores discos de estos músicos promiscuos (y brillantes, tampoco les quitemos mérito…)

Actualización: Ya se puede escuchar Polar Bear, el nuevo EP de Puscifer que saldrá a la venta el 10 de Noviembre. Además, Them Croocked Vultures nos dejan escuchar dos temas de su nuevo disco, a la venta el 17 de Noviembre: New Fang y Mind Eraser, No Chaser.
Qué buena pinta tiene todo...

26 junio 2009

Tiempos felices

Mi agenda musical está que arde últimamente:

- Sábado 27 de Junio: Bunbury en el teatro del Liceo (Barcelona)

- Martes 30 de Junio: U2 en el Nou Camp (Barcelona)

- Del jueves 2 al domingo 5 de Julio: Festival de Roskilde (Dinamarca)

- Sábado 11 de Julio: Festival Sonisphere en el parque del Fórum (Barcelona)


No espero demasiado del primero (concierto de rock + teatro = sólo le saldría bien a Eric Clapton). Del segundo, espero un buen espectáculo, que será mejor conforme más retrospectivo se plantee (ni he escuchado siquiera el último disco, ni tampoco es que me interese demasiado...). De todas formas tengo muchas esperanzas.
Lo mejor viene al final. Lo de Roskilde promete, y muchísimo. No en vano es uno de los festivales más masivos y antiguos de Europa. Así que confío en que los técnicos de sonido hagan bien su trabajo y no arruinen lo que espero sea una grandiosa experiencia. Nine inch nails, Slipknot, Down, Faith no more, 2manyDJs... la lista es larga hasta aburrir.
Sonisphere es el nombre que han elegido para uno de los "festivales" metal más potentes que se recuerdan en España (con permiso del Metalway). Básicamente Metallica serán los reyes del cotarro; pero el resto del cartel no desmerece, en especial Mastodon, con su flamante y magnífico Crack the Skye, uno de los grandes discos del 2009. Segunda sesión de Down y Slipknot, también.
Veremos (y oiremos).


Y de propina, Rammstein en noviembre...

12 mayo 2009

19 enero 2009

Un año

Que descubra en enero de 2009 el que, en mi opinión, es el mejor álbum de 2008, tiene dos explicaciones naturales: la primera es mi retardo auditivo habitual; la segunda es el escaso interés previo que me provocaba el susodicho. Y es que nunca he sido yo muy fan de Robe Iniesta... todo lo contrario que con otros competidores para tan importantísimo galardón (Premio Melodía Silenciosa 2008).


He escuchado canciones mejores este año, sin ninguna duda. Pero de lo que tampoco tengo dudas es de que no hay un trabajo global mejor este año, por lo menos que haya llegado a mis oídos. Con tan sólo seis canciones, entendibles en realidad como una sola, el disco es redondo. Enhorabuena a los premiados, y que ustedes lo disfruten.



Escúchalo entero aquí.

13 enero 2009

La ley innata es el silencio


Es dolor, es fiebre, son lágrimas. Cincuenta minutos de elegía, de puro rock desesperado.



-¡Luz! ¡maldita sea la luz!
que me desvela.
¡No! ¡aquí no deis la luz!,
se desespera.
No se ve, la vida se me queda a oscuras.
Venme a ver, caminito de la locura.
[...]
...y el fuego del infierno ya es sólo humo...
...después de arder el fuego ya es sólo humo...
...el infierno ya es sólo humo.

24 octubre 2008

Bunbury azotado

Le han acusado de plagio. Le han tildado de mediocre. Le han atizado de lo lindo, y para muestra, un botón. Desde mi punto de vista, las acusaciones que ha sufrido son tan vanas como poco inteligente ha sido la postura de Bunbury frente a ellas. Tal como afirmó en un comunicado en su página Web, copiar una o dos frases no constituyen un plagio. Pero, carajo, tampoco habría sido tan difícil una pequeña reseña, un pequeño agradecimiento. Eso sí, cuestionar la carrera de uno de los mejores artistas de este país por dos frases "prestadas" me parece, como mínimo, excesivo. Y más teniendo en cuenta el estupendo disco que es Hellville de Luxe, de lo mejorcito de su carrera, que ya es decir. Otro botón de muestra:



Además de la anterior, el disco contiene más que previsibles clásicos dentro del repertorio de Bunbury, como la denostada El hombre delgado que no flaqueará jamás, la insolente Si no fuera por ti y el poderosísimo y melancólico cuarteto final, Irremediablemente cotidiano, Canción cruel, Todos lo haremos mejor en el futuro y Aquí. Vuelve al rock puro, a las guitarras eléctricas que comenzaron a esculpir la figura de calibre que representa. Y a pesar de un par de temas bastante flojitos, el resultado final es verdaderamente excepcional, casi imprescindible:



No ha debido de resultarle agradable este último mes, debido al ensañamiento de los medios que le ha supuesto la salida del álbum. Ayer en Madrid, todo estalló y se evaporó. Parece ser que regaló un concierto excepcional, de esos que uno lamenta haberse perdido. Y lo dicen exactamente los mismos que disfrutan zurrándole. Estamos de acuerdo en lo exasperante que puede resultar el personaje que se ha construido en torno suyo, pero eso no le impide seguir siendo el mejor, con diferencia.

(Material acerca de todo este tema hay hasta aburrir, del que yo recomiendo, aparte de los anteriores enlaces,
el artículo que inició todo (los comentarios son sumamente explicativos), y la entrevista a Bunbury en el programa de Buenafuente (parte I, parte II))

29 septiembre 2008

Primal Scream por la patilla

..así, como suena. Eso sí, fue como el trailer de una película, como la demo de un videojuego. Una horita, que nos dejó con ganas de más. Pero nadie nos quitará, entre otras, Swastika eyes, Movin’ on up y Country Girl, todas seguiditas.
Bravo por el BAM, cada año nos deleitan con unas estupendas veladas de la Mercé. Que siga.
Y aquí queda el primer single de Beautiful Future, que también sonó… un clip tan agradable como acostumbran:



15 septiembre 2008

Esta vez...

En algún momento entre los 10 y los 12 años me enganché irremediablemente a la que sería a partir de entonces una de mis mayores aficiones. En los inicios con algún vinilo, después con desgastados y sucios sonidos en cassettes, originales o grabados directamente de la radio (creo que aún podría encontrar entre mis cosas un cassette con la grabación de un especial de Plásticos y Decibelios acerca de Queen, que se emitió en el segundo aniversario de la muerte de Freddy Mercury), más tarde con los CDs y actualmente con los reproductores de mp3. Desde entonces he escuchado miles (y esta vez no exagero) de grupos, decenas o cientos de miles de canciones, de todos los estilos, de todas las épocas. He vivido y vivo la música con una enorme pasión (una pasión comparable a la horrible frustración que me produce el ser incapaz de generar nada mínimamente decente con un instrumento musical), y un ejemplo claro y evidente es este espacio de la red. Después de tanto tiempo y tantos sonidos almacenados, tanto material donde elegir, puedo afirmar que ha habido escasísimos casos en los que me he podido identificar como fan incondicional de un artista. Metallica es casi el único ejemplo de este tipo. Entendí su mensaje, volví tras sus pasos y comprendí su obra como un conjunto, como un auténtico legado y una referencia inexcusable. Hace diez u once años no podría haber aspirado a escribir una crítica medianamente objetiva acerca de un disco de Metallica. De hecho, ni siquiera lo habría intentado. Pero todo eso quedó atrás.

Se convirtió en pasado. Los fans de Metallica fuimos cruelmente maltratados, despreciados y apaleados; escuchamos boquiabiertos el lamentable espectáculo de Reload, tuvimos que aguantar el despreciable comportamiento de Lars Ulrich y compañía en la polémica de Napster, comprobamos atónitos sus patéticas maniobras de enriquecimiento sin límites con numerosos recopilatorios, y abandonada ya toda esperanza, nos tragamos con patatas la bazofia de St. Anger. Todo esto fue demasiado. Hasta para un fan. El divorcio se consumó irremediablemente.

Death Magnetic no es una obra maestra dentro de la discografía de Metallica; sin embargo, significa (significará) mucho para toda nuestra generación de desencantados seguidores. Esta vez no necesitaremos buscar una pequeña virtud, por insignificante que sea, revolviendo entre la basura más apestosa, esta vez no tendremos que defender lo indefendible, ni tendremos que resistirnos a aceptar lo que todo el mundo ve menos nosotros. Esta vez Metallica va en serio. Este disco posee la esencia de lo que Metallica fue en el pasado y ya será para siempre, y era un bien completamente necesario, para ellos y para nosotros. Han vuelto la velocidad y los complejos y estupendamente bien entrelazados riffs, los vertiginosos solos y el bombo poderoso. Los dos primeros cortes del álbum, That was just your life y The end of the line, tienen una fuerza y una calidad que no escuchábamos desde hace más de diez años. El primer single, The day that never comes, es una balada de enorme calidad, a medio camino entre Fade to black y One, aunque obviamente no llega al nivel de semejantes obras maestras. Cyanide, la piedra angular del álbum, se encuentra a medio camino entre el Black Album y Load. All nightmare long y Broken, beat & scarred poseen un oscuro y poderosísimo estribillo. Unforgiven III cojea ciertamente, pero posee un solo de una calidad espeluznante. Y además, vuelve el corte instrumental, la gran seña de identidad de los mejores Metallica, con Suicide & redemption. Un trabajo digno, que nos hace sentir razonablemente orgullosos y nos permite mirar de nuevo cara a cara (por fin) a uno de los mayores iconos del Metal.

Siempre habrá quien ni siquiera le dé una oportunidad a este álbum. Quienes en algún momento decidisteis que Metallica no sería capaz de hacer nada destacable, que os reiréis de la edad, el ego y el alcoholismo de Hetfield, que criticaréis despiadadamente Death Magnetic sin siquiera haberlo escuchado, solamente por provenir de los “acabados” Metallica. Bien. Estáis en vuestro derecho, por supuesto. Pero esta vez, y a la vista de este disco, yo también estoy en mi derecho (¡por fin!) de dedicaros lo siguiente, con una sonrisa de satisfacción en la cara: esta vez, que os jodan.





Acutalización: Me encanta no ser el único que piensa así.

05 septiembre 2008

Procrastinación


Tras mucho tiempo de Silencio en La Melodia, este andrajoso punki se había propuesto escribir una apasionada y profesional entrada acerca de un concierto al que asistió el pasado mes de Julio, pero entonces, descubrió que alguien, más profesional que él, había realizado el trabajo. Así que el punki encontró la excusa perfecta para seguir en silencio algunos días más.

Habría firmado cada letra de esto. Allá donde véase Madrid, léase Barcelona; allá donde menciónese Bernabeu, imagínese Camp Nou. A disfrutar:

24 junio 2008

Radiohead: Barcelona (12-06-08)

Supuestamente se trataba de un festival, una pantomina denominada Daydream, pero en el recinto del Forum todo el mundo tenía muy claro a lo que había venido, y quedó demostrado en cuanto entraron en escena los de Oxford, con Thom Yorke a la cabeza, embutido en unos horribles pantalones rojos.

Este concierto me llevó a varias conclusiones: primero, que In rainbows es un disco correcto, con tres o cuatro canciones estupendas, y el resto completamente prescindibles. Segundo, que los cortes de Kid A y Amnesiac funcionan infinitamente mejor en directo que en los altavoces de casa. Tercero, que Hail to the Thief es un trabajo magnífico, algo que, por otro lado, ya tenía bastante claro. Y cuarto, que estos tipos tienen tan poco carisma como aparentan. Pero son unos músicos excepcionales.



Con una escenografía correcta, que me recordó a la que utiliza R.E.M., el concierto comenzó muy flojito, con tres cortes consecutivos de In rainbows (15 steps, Bodysnatchers y All I need), que me hicieron presagiar una noche insulsa; por suerte, nada más lejos de la realidad. Airbag nos sacó del letargo en el que nos dejó el piano de All I need, para comenzar una escalada que nos llevaría hasta nuestros más húmedos deseos; me resulta imposible reproducir fielmente el orden en que sonaron el resto de temas, probablemente debido al estado mental al que fui transportado. Comenzaron a trufar su actuación con grandes momentos; el piano comenzó a ser sinónimo de emoción con Videotape, para mí uno de los pequeños tesoros de su último trabajo; sonó Piramid Song, sonó Optimistic, y el delirio se alcanzó con una fabulosa versión en directo de The Gloaming y con There There, que probablemente fue lo mejor de la noche; nos contagiaba de energía Thom con sus epilépticos movimientos, sin necesidad de dirigirnos la palabra. Weird fishes y Reckoner mantuvieron el alto nivel. Sonó una atmosférica y sensacional Everything in its right place, otro de mis momentos preferidos. Faust Arp y House of Cards pasaron algo desapercibidas, aunque entraron en el momento adecuado para relajar nuestros corazones, y una apasionada Lucky dejó maltrechas nuestras cuerdas vocales. Volvieron a su etapa más electrónica con Idioteque y The National Anthem, y el momento álgido de In rainbows, Jigsaw falling into place, hizo justicia a su calidad. You and whose army, tras el primer descansillo, mostró sus virtudes ocultas en la versión de estudio. Cuando la espectacular Paranoid Android comenzó, al público ya no le quedaban manos para aplaudir. The bends quedó como una de las escasas concesiones a sus dos primeros trabajos, y cuando cerraron su actuación con Planet Telex, nos sorprendimos de llevar más de dos horas de concierto. Dos horas y diez minutos, en concreto. Una longitud más que aceptable.


A pesar de que se guardaron en el zurrón una cantidad ingente de temas fabulosos (Fade Out, Myxomatosis, Karma Police, High and dry, Exit music, Where I end and you begin,…), a pesar del impersonal recinto y de una acústica bastante mejorable, y a pesar de su escasísima, por no decir inexistente interacción con el público (les costó un buen rato decir siquiera un escueto “Hello”), el concierto me pareció estupendo, técnicamente impecable.

Personalmente, me saqué una espina que tenía clavada desde hace tiempo. La próxima oportunidad, quizás en Julio, quizás en Berlín, dependiendo del precio de la reventa. Merece la pena volver a pagar por el mismo show.