Me ha molestado enormemente el encumbramiento que han recibido Brian Molko y los suyos a lo largo de los años, disco tras disco, adorados, hasta la náusea desde mi punto de vista, por grandes voces de las revistas musicales más influyentes. Y precisamente en este nuevo trabajo, que ha gustado y desagradado a cantidades iguales, es cuando me han disparado a quemarropa, han conseguido emocionarme y hacerme disfrutar como pocos discos lo han logrado.
Una acertadísima mezcla de sonido acústico y eléctrico, y con la voz de Alison Mosshart de The Kills en Meds, se abre el disco de forma espectacular. Su estilo característico, pero a un nivel altísimo, en Post Blue, One of a Kind y Because I want you, absolutamente intrascendente la actuación de Michael Stipe (R.E.M.) en Broken Promise (probablemente la más floja del disco), baladas desgarradas como Follow the Cops Back Home, Blind o Pierrot the Clown, estremecedor Molko en Space Monkey, y el final perfecto en Song to Say Goodbye. Y todas suenan de maravilla en directo. Aquí hay cuatro o cinco canciones monumentales, que nunca te cansas de escuchar. Y tal vez, con un poco de suerte, te sucede con todo el disco, como a un servidor.