25 octubre 2007

Arco Iris

El primer gran reto que tiene que conseguir In Rainbows es superar la etiqueta de “El disco de Radiohead en donde eliges el precio”. Esto es fácil; muy mal lo tendrían que hacer como para no encontrar otros argumentos sobre los que hablar del disco. Y en cualquier caso, siempre hay gente dispuesta a ello: es impresionante el culto que rodea al grupo, que me recuerda por momentos a la veneración hacia Pink Floyd; cualquier mínimo detalle se comenta y se discute sin cesar en la red: “¿qué quiere decir Faust Arp?” “¿qué significan los jeroglíficos de Dead Air Space?” “¿dónde termina Weird Fishes y empieza Arpeggi?”…


¿Y qué hay de la música? No recuerda ni a OK Computer, ni a Kid A, ni a The Bends; se trata de diez canciones, bastante inconexas entre si, que parecen seguir el camino iniciado con Hail to the Thief, que muestran al grupo en constante evolución, pero más despacito. Un sonido personal y propio, relajado, acústico, rodea todos los cortes del álbum, con esas pequeñas dosis electrónicas que tan bien saben manejar. Momentos sublimes, como el falsete de Reckoning, el bajo progresivo de 15 Step, y el gran final ejecutado mediante una completa Jigsaw Falling into Place y el triste piano y la percusión militar de Videotape. Sin embargo, alguno de sus temas, aunque dejan mostrar su elaboración, quedan en el olvido a los pocos minutos de pasar sobre ellos. Y, por desgracia, es un álbum corto, muy corto...

Un disco con una lírica muy cuidada y de disfrute lento, que necesita de varias escuchas hasta cautivar al oyente. Y empieza así:


01 octubre 2007

Buenas noticias para la industria musical

Aunque no lo parezca, ésta es de las mejores que ha habido en mucho tiempo.


Por si todavía te faltaba algún motivo para adorarlos.