La población de Youngstown, una ciudad de ochenta mil almas de carbón y acero, tuvo, el 12 de enero de 1996, la fortuna de presenciar algo similar…
Una guitarra, un micrófono, y The Boss en la penumbra, junto a una de sus canciones más descarnadas: Youngstown, en directo, en Youngstown:
Seven hundred tons of metal a day
Now sir you tell me the world's changed
Once I made you rich enough
Rich enough to forget my name
[…]
When I die I don't want no part of heaven
I would not do heaven's work well
I pray the devil comes and takes me
To stand in the fiery furnaces of hell
[...]
And Youngstown
And Youngstown…
Aquí se puede observar otra versión subtitulada al castellano.
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