08 abril 2010

Melancólicos anónimos

Slash se ha rodeado de talento para su último disco en solitario. Esto se debe esencialmente a dos razones: la primera, que en sus tiempos debía ser un fiestas de cuidado, algo que le permitiría engordar su agenda con los números de la “gente guapa” del hard rock; y la segunda y principal, que debe de cantar con la misma musicalidad que un koala en celo, así que tenía que buscar a alguien que le hiciera el trabajo. Desde luego, es un disco algo heterogéneo, y esa es la principal pega, que parece una banda sonora. Pero es divertido a raudales, añejo de verdad. Y escuchar a Slash a la guitarra, ¿cuándo no ha sido un placer? Si echas de menos a Guns ‘N Roses, esta elección es mucho mejor que Chinese Democracy, te lo aseguro. Y además no tienes que aguantar al pelmazo de Axl Rose, lo cual es todo un alivio.



Una guitarra de máximo virtuosismo que se muestra engrasada a la perfección con Andrew Stockdale (Wolfmother), Dave Grohl (Nirvana, Foo Fighters), Chris Cornell (Soundgarden, Audioslave), Myles Kennedy (Alter Bridge) y Fergie, cuyo timbre recuerda terriblemente a Axl. Y, por supuesto, cuando se escoge lo mejor, la calidad siempre está garantizada. Es el caso de los cameos de Ian Astbury (The Cult), Ozzy Osbourne (Black Sabbath y, recientemente, el payaso de la tele), Iggy Pop (The Stooges), y, por encima de todos, Lemmy Kilmeister (Motörhead), con la genial Doctor Alibi. Todo un subidón de hard rock, en resumen. Bien jugado, Slash.

1 comentario:

Marie dijo...

tengo que ir a ver lo que es un koala en celo.... te lo contaré! :-))